Un laboratorio chino transformó las heces fecales del oso panda en un artículo de merchandising que esperan vender con el gran flujo de turistas que visitarán el país para los Juegos Olímpicos.
La economía china no se detiene y cada vez encuentra nuevos mercados para explotar, aunque algunos sean más sucios que otros, como el descubierto en el Chengdu Center al suroeste chino, donde el excremento del oso panda ahora es usado en camisetas, fotos y hasta en estatuas.
Pese a que el antiguo proverbio español asegura -en términos un poco más fuertes- que el día en que un "excremento valga plata los pobres nacerán sin trasero", en esta oportunidad los "pobres pandas" serán preservados en su integridad gracias a esta inédita fuente de riqueza, que les servirá además para evitar su rápida extinción.
El simpático oso panda parece serlo también en sus evacuaciones, según los creadores de esta iniciativa, quienes aseguran que el oso que inspira millones de peluches en todo el mundo, posee una defecación casi inodora, ya que el 70 por ciento de la misma está compuesta por el bambú, su principal fuente de alimentación.
Sin embargo, la pila de boñiga es sometida a un proceso de depuración que incluye una cuidadosa selección y su disecación con un horno precalentado a 300 grados centígrados para asegurarse que quien reciba este tipo de souvenir no se sienta insultado.
De esta manera el laboratorio planea deshacerse rentablemente de las 300 toneladas de excremento que producen los 60 animales que posee cada año.
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